Amantia, vino de hielo
jueves, 3 de enero de 2013
El vino de hielo eslovaco, una bebida hecha postre
Producir el vino helado supone para los viticultores eslovacos llevar una batalla de nervios firmes tanto más porque las oscilaciones de temperaturas invernales durante las últimas décadas impiden pronosticar cómo será el tiempo invernal y cuándo el termómetro marcará los -6ºC.
Es siempre un drama de tres actos: primero, al recoger la uva en la temporada otoñal, el viticultor debe dejar en cepas los racimos maduros más hermosos e intactos destinados a la congelación; segundo, estas cepas privadas de hojas se cubren de malla para protegerlas de pájaros y ladrones, lo que no descarta un control permanente; y, por último, un fenómeno del que depende todo el éxito de la producción de vino helado: el tiempo.
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